A medida que pasa el tiempo en nuestro interior surgen sentimientos nuevos otros se van muriendo, pero hay otros que perduran y sobreviven y se arraigan echando profundas raíces en nuestro interior.
Raíces que se extienden por nuestras venas, corren por nuestra sangre y cubren nuestro mismo ser.
Uno de esos sentimientos es el amor que siento por ti, el tiempo no a sido su enemigo, pero en ocasiones yo si e sido enemigo dé ese amor, lo miro desde lejos aunque esté muy dentro mío, preguntándome si puede ser posible que exista y con mis dudas sólo lo estoy ahogando, no lo dejó respirar.
A veces este amor quiere salir agarrarte, cubrirte con su sombra, acerté sentir lo grande, lo inmenso que es, pero yo no lo dejo.
Pienso que muy dentro mío estará bien, allí existe, allí está vivo, allí vives junto a él, allí vives con él, estando allí nunca morirá.
A veces sin darme cuenta él se escapa, se escapa por mis manos y quiere tocar tu rostro, tocar tu cuerpo, acariciarte y acerté saber que estas ahí.
Se escapa por mis labios que solo quieren acercase a los tuyos, besarte y decirte entre susurros te quiero, te amo.
Se escapa por mi alma que me lleva a estar a tu lado a vivir junto a ti, a vivir por ti, a respirar por qué respiras, a sonreír si tú ríes, a llorar si tú lloras y a morir si tú mueres.
Es ahí cuando me doy cuenta, que no lo puedo ocultar, que no lo puedo encerrar, porque este amor solo existe porque tu existes, por que cuando corre por mi piel lleva tu nombre, lleva la esencia de tu ser, sí de tu ser de tu infinita bondad.
Ese amor es el que llevare clavado en mi, clavado a ti, hasta mi mismo fin, hasta ese momento en que mi último suspiro me lleve a decir: "amor mío viví por ti, viví para ti, ahora solo te diré amor mío recuérdame siempre estaré dentro de ti".